El ejercicio físico individualizado y pautado por profesionales especializados ha demostrado ser seguro y eficaz en pacientes oncológicos en todas las fases de la enfermedad, combatiendo parte de los efectos secundarios de la enfermedad y los tratamientos como:
-Cansancio y aletargamiento
-Calidad de vida y calidad del sueño
– Dolor articular y muscular
-Mantenimiento de la densidad mineral ósea
– Problemas de hombro en pacientes intervenidas de cáncer de mama
Además, la práctica de ejercicio físico está relacionado con un aumento de las probabilidades de completar todo el tratamiento, incrementando la supervivencia y reduciendo el riesgo de recidiva.
Antes de comenzar a entrenar, se realiza una valoración inicial para conocer sus antecedentes y su estado físico actual y así, asegurarnos de elegir una estrategia segura y adecuada a sus necesidades. En cuanto al número de sesiones semanales, le recomendamos se deje asesorar por nuestro equipo de educadores físicos.